En el Día mundial del agua se enfatiza la importancia de mantener una buena hidratación en todas las etapas de la vida.
El agua es un nutriente esencial para la vida y para el cuerpo humano. Participa en casi todos los procesos fisiológicos por lo que es considerada una sustancia única y muy preciada.
Regula la temperatura corporal, especialmente durante el ejercicio mediante la producción de sudor (mecanismo eficaz de enfriamiento para prevenir el exceso de calor del cuerpo que puede desencadenar golpe de calor).
Es el principal componente de la sangre y transporta oxígeno, nutrientes, hormonas, medicamentos (en casos de afecciones) hacia el interior de las células y los productos de desecho solubles los elimina por medio de los riñones mediante la producción de orina y los pulmones en caso del anhídrido carbónico. (CO2).
Mantiene lubricadas las articulaciones y músculos posibilitando que aumente el nivel de energía cuando hay un buen nivel de hidratación
Mejora la cognición, potenciando la atención y la memoria (importante en todas las edades, más en la etapa escolar para un mejor aprendizaje).
Previene y controla el sobrepeso y obesidad. Según estudios realizados en 32 colegios de Alemania (2009), los niños que recibieron educación para hidratarse presentaron 37% menos riesgo de padecer sobrepeso respecto a los que no recibieron dicha promoción en su consumo.
Ayuda a prevenir la hiperglicemia. Si la persona aprende a consumir volúmenes adecuados de agua y elimina las bebidas azucaradas.
Es importante ingerir agua, aunque no se tenga sed, debido a que la sed es un síntoma de que el cuerpo ya ha comenzado a deshidratarse.
Se recomienda beber al menos 8 vasos de agua por día, unos 2 litros aproximadamente, para evitar la deshidratación.
¿Qué ocurre cuando el cuerpo se deshidrata?
Cuando la ingesta de agua es menor a la recomendada, en el organismo puede producirse:
- Estado de hipohidratación sistémica; si es persistente puede convertirse en un factor patogénico de la hipertensión arterial, el tromboembolismo venoso, la enfermedad coronaria mortal y el ictus (ACV).
- Estados de confusión mental con pérdida del equilibrio y caídas (2% de deshidratación, especialmente en personas adultas mayores).
Momentos claves para lograr una hidratación saludable
Para adquirir el hábito de consumir agua a lo largo del día, la doctora Mirta Ortiz, de la Dirección de Vigilancia de Enfermedades No Transmisibles aconseja consumir agua:
- Al despertarse en la mañana, un vaso (250 ml), puesto que contribuye a activar y limpiar los órganos.
- Antes de comer, un vaso (250 ml), ayuda a la digestión y facilita la asimilación de nutrientes.
- Antes de bañarse, un vaso (250 ml), regula la presión sanguínea.
- Antes, durante y después de realizar actividad física, para reponer líquido y electrolitos.
- Antes de ir dormir, un vaso (250 ml), ayuda a prevenir calambres musculares en las noches y derrames cerebrales.