Actividad física, aliada estratégica en el tratamiento de la epilepsia

Mejora el control de la enfermedad y, por ende, la calidad de vida de la persona. Incrementa, además, la adherencia al tratamiento farmacológico y optimiza el patrón de sueño.

El segundo lunes de febrero se recuerda el “Día internacional de la epilepsia”, iniciativa que pretende informar y sensibilizar sobre esta patología neuronal que sufren aproximadamente 65 millones de personas en el mundo.

La epilepsia representa un conjunto de enfermedades que se manifiestan por convulsiones a nivel cerebral debido a un exceso de actividad eléctrica de un grupo de neuronas, volviéndose de esta manera hiperexcitables y afectando funciones como el movimiento, el comportamiento o la conciencia (no se recuerdan de lo sucedido). Su aparición puede darse por causas genéticas, problemas en el parto, lesión o daño de la corteza cerebral (traumatismo, accidente cerebrovascular, tumor, consumo de tóxicos).

Las personas con esta condición pueden llevar una vida normal ya que pueden controlar su enfermedad conociendo las características de la misma, realizando un tratamiento adecuado y manteniendo unos hábitos saludables para mejorar su calidad de vida y sus capacidades sociales e integración en la sociedad, explica la Dra. Mirta Ortiz, de Promoción de la Actividad Física de la Dirección de Vigilancia de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud. Entre esos hábitos saludables se encuentra la práctica de algunos deportes ya que constituyen un instrumento de importancia en el manejo de la epilepsia al elevar el umbral convulsivo y reducir las descargas epileptiformes. De esta manera la actividad física y mental representan el mejor antagonista de las crisis porque la epilepsia prefiere aparecer cuando la persona está durmiendo o descansando, según lo sostenía el prominente epileptólogo Lennox. (1941).

Beneficios de la actividad física

Según el Consenso de la Liga Internacional contra la Epilepsia (2016) la actividad física mejora la calidad de vida, aminora la depresión y ansiedad de las personas afectadas e incrementa las funciones ejecutivas en algunas formas de epilepsia infantil. Protege frente a la aparición de crisis, equilibra el área emocional al mejorar el estado de ánimo y la autoestima, incrementa la adherencia al tratamiento farmacológico y optimiza el patrón de sueño.

La práctica regular de ejercicios físicos favorece, además, al fortalecimiento de la condición física, la prevención de la osteoporosis, de enfermedades cardiovasculares y metabólicas como la obesidad y diabetes mellitus tipo 2, así como varios tipos de cáncer.

Deportes recomendados para personas con epilepsia

En caso que presente crisis epilépticas, estas no representan un riesgo adicional tanto para el afectado como para otros que lo practican conjuntamente:

Caminatas, trotes, baile, aerobic, atletismo, judo, lucha, fútbol, básquetbol, hándbol, voleibol, tenis, pádel, ping-pong, squash, golf, bolos, yoga, pilates, tai chi.

Deportes que deben evitar

Son de riesgo máximo, alta peligrosidad para el paciente y también de los que lo acompañan:

Ciclismo, aviación, escalada, buceo, paracaidismo, parapente, equitación, deportes de motor (coches, motos), deportes en una embarcación (remo, vela), salto de sky, surfing, windsurf, submarinismo.