Tabaquismo en Paraguay

El tabaquismo es una enfermedad adictiva crónica que evoluciona con recaídas, siendo una de las epidemias más grandes de este siglo, una de las mayores amenazas de salud pública y uno de los principales factores riesgo de varias enfermedades crónicas (bronquitis crónicas, enfisema pulmonar, cáncer de pulmón, hipertensión arterial, enfermedad coronaria, ulcera gastrointestinal, gastritis crónicas, cáncer de laringe, cáncer bucofaríngeo, cáncer renal e impotencia sexual en el varón).

 La nicotina es la sustancia química del tabaco responsable de la adicción, que hace difícil dejar de fumar ya que produce efectos placenteros en el sistema nervioso central, pero estos efectos son temporales siendo una de las drogas más adictivas (con más “enganches”), aún más que la cocaína y la heroína. El 70 % de los fumadores actualmente desean dejar de fumar, de ellos solo el 3% por año lo logran sin ayuda.

Los productos de tabaco calentados (PTC) pipa de agua, narguile, iQOS, Plom, glo y los vaporizadores PAX, al igual que otros productos de tabaco, son intrínsecamente tóxicos y contienen sustancias cancerígenas, igual de dañino que consumirlo en forma de cigarrillos, siendo perjudicial en todas sus modalidades y se sabe que no existe un nivel seguro de consumo.

En el mundo hay 1.300 millones de consumidores de tabaco y mata a 8 millones de personas cada año; 7 millones de fumadores activos y más de un millón de no fumadores afectados por humo de segunda mano (fumadores pasivos), perdiendo 10 años de vida comparado con los no fumadores.

Según un estudio realizado en el año 2016 refiere que 3354 personas mueren al año en Paraguay por consecuencia del tabaquismo. El 19 % de las muertes son por enfermedad isquémica cardíaca, el 15 % por accidentes cerebrovasculares. El 77 % de las muertes por enfermedad pulmonar obstructiva crónica y el 83 % de cáncer de pulmón son atribuibles al tabaquismo (https://doi.org/10.17843/rpmesp.2018.354.3708 )

Anualmente, el consumo de tabaco es responsable de 22.386 eventos en el país. De estos, 9075 corresponden a infartos y otras enfermedades cardíacas, 1414 a ACV, 1410 a nuevos diagnósticos de cáncer por año y 10 385 a EPOC. La fracción atribuible al cáncer es de 83 % para pulmón y laringe, de 68 % en los de boca o faringe y en cáncer de esófago, siendo además importante en cáncer de estómago, renal y de páncreas.

Según la encuesta mundial de tabaco en jóvenes (13 a 15 años) en Paraguay en el año 2014 la prevalencia del consumo de tabaco fue de 5,8% con un aumento de 1,4% para el 2019 (7,2%). Lo más alarmante es el elevado consumo de cigarrillos electrónicos que de 3,7% en el 2014 aumenta a 12,5 % en el 2019.

  • El 33% de los jóvenes estuvieron expuesto al humo del cigarrillo en lugares públicos cerrados
  • 6 de cada 10 observaron anuncios o promociones de cigarrillo en algún punto de venta.
  • 43% compraron cigarrillo de algún kiosco, comercio, vendedor ambulante o despensa.
  • 8,1% consumen actualmente algún producto de tabaco.

La evidencia científica demuestra que los fumadores tienen mayor probabilidad de desarrollar enfermedad severa con COVID-19 que los no fumadores. La pandemia de COVID-19 ha llevado a millones de consumidores de tabaco a manifestar que quieren dejarlo. Alguno de estos beneficios citamos a continuación

  •  Dejar de fumar puede ser todo un desafío, especialmente con el estrés social y económico derivado de la pandemia, pero, aun así, hay muchas razones para dejarlo. A los 20 minutos, disminuye el ritmo cardiaco y baja la tensión arterial.
  • Dentro de las 12 horas siguientes, el nivel de monóxido de carbono en sangre disminuye hasta valores normales.
  • Después de 2-12 semanas, mejora la circulación sanguínea y aumenta la función pulmonar.
  • En 1-9 meses, disminuye la tos y la dificultad para respirar.
  • En 1 año, el riesgo de cardiopatía coronaria es un 50% inferior al de un fumador.
  • En 5 años, el riesgo de accidente cerebrovascular corresponde al de un no fumador entre 5 y 15 años después de dejar de fumar.
  • En 10 años, el riesgo de cáncer de pulmón disminuye hasta ser el 50% del de un fumador, y disminuye también el riesgo de cáncer de boca, de garganta, de esófago, de vejiga y de páncreas.
  • En 15 años, el riesgo de cardiopatía coronaria es el de un no fumador.
  • Disminuye la probabilidad de sufrir impotencia, de tener dificultades para quedarse embarazada, tener partos prematuros, hijos con bajo peso al nacer o abortos espontáneos